El llamamiento del alcalde de los barrios orientales de Alepo a los líderes europeos para que «salven su ciudad» trajo este jueves la guerra de Siria al corazón mismo de la UE, al sacrosanto edificio Justus Lipsius de Bruselas. La dramática situación de los habitantes de esta ciudad centró la reunión del Consejo Europeo, en conexión con los esfuerzos del Consejo de Seguridad de la ONU promovidos por Francia y España y con los que se anuncian a través de la OTAN, que volverá a contactar formalmente con Rusia el mismo lunes, también con el conflicto de Siria encima de la mesa.
Brita Hagi Hassan, el responsable de los barrios rebeldes de la segunda ciudad de Siria fue invitado a hablar ante los máximos dirigentes de los países europeos a los que advirtió de que «los 50.000 habitantes de la zona este de Alepo ya no esperan más que la muerte, después del fracaso de la comunidad internacional» y de que la historia será rigurosa con los que abandonen a los inocentes. «Necesitamos urgentemente una alianza internacional para forzar al régimen y a las milicias iraníes a que respeten el alto el fuego para que se pueda organizar la evacuación en paz de los civiles. La historia señalará el silencio de la comunidad internacional ante los crímenes contra la humanidad que se cometen en Siria».